La Puerta de las Armas es una de las puertas más espectaculares y especiales del Recinto Monumental.
Durante varios siglos fue la Puerta principal para acceder a la Alhambra, permitiendo el acceso al interior recinto amurallado tras atravesar el Bosque de San Pedro.
Tomó el nombre de Puerta de la Ciudad – Bib al-Medina – ya que tras su construcción fue el acceso principal de la Ciudad, a través del actual barrio de la Churra.
A través de ella se accedía tanto con la Alcazaba – ver recorrido – como con los Palacios Nazaríes – recorrido -.
Su actual nombre – Bab al-Silah o Torre de las Armas – proviene del control de acceso al recinto amurallado, donde los visitantes, deberían dejar sus armas en ella si querían acceder a su interior.
Teclea en el siguiente enlace para adquirir tu entrada
para visitar la Alhambra y el Generalife, para particulares,
en la Tienda Oficial del Patronato de la Alhambra
Al igual que en otras zonas del Conjunto Monumental no se permite la visita dentro del recorrido ordinario del Monumento.
Únicamente la podremos visitar en algunas de las actividades extraordinarias que, para favorecer su mantenimiento, conservación y divulgación, organiza el Patronato de la Alhambra.
Se encuentra situada en la cara oeste de la Torre de las Armas, de la que forma parte, cubriendo toda la planta inferior de la misma.
No se tiene certeza con exactitud durante que reinado se construyó, siendo para unos investigadores durante el reinado de Muhamad I y para otros por Isma´il I.
Situados en el exterior de la puerta podremos observar una vista extraordinaria del barrio del Albaycín, sobre el Bosque de San Pedro, que desciende hacia el río Darro.
Debemos de pensar que en los tiempos en los que se construyó la mencionada puerta no existía el citado bosque.
La ausencia de éste hacia fácilmente visibles las personas que ascendían por el camino hacia la Puerta de las Armas.
Por otro lado, permitía controlar prácticamente toda la ladera que desciende hasta el mencionado río y parte del barrio del Albaycín.
Comprobaremos la rampa de acceso a la puerta, pegada da la muralla, a su adarve y a la vertiente norte de la Torre de los Hidalgos.
Esta constitución facilitaba la defensa a los soldados situados sobre el mencionado adarve, que recorre este lienzo de muralla.
La Puerta presenta un arco de herradura apuntado, de ladrillo, y al igual que otras puertas almohades, se encuentra realizada en recodo, favoreciendo así su defensa.
En otros tiempos la albanega estaba decorada con yeserías y azulejos.
Actualmente no quedan restos de los mismos, pero sí pequeños trozos de azulejos verdes, blancos y azules que decoran el alfiz que lo bordea.
Gran parecido guarda esta puerta con la Portada interior de la Torre de la Justicia, tanto por su arco, su albanega y su alfiz.
Aunque ésta si conserva gran parte de la yesería de su albanega, conservándose diferentes trozos en el Museo de la Alhambra.
Sin embargo, los azulejos que decorarían su alfiz ni el símbolo de la llave que se suponía se encontraba en su clave, de la Portada exterior de la Puerta de las Armas, no han llegado a nuestros días.
Junto a la Puerta y adosado al lienzo de la muralla encontraremos un pequeño Postigo.
A través de éste se accede directamente a la calle, junto a las Caballerizas, que bordea la Torre de la Vela, camino a la Plaza de Armas, tras atravesar la Primitiva Entrada de la Alcazaba.
Teclea en el siguiente enlace para ver otros Postigos de la Alhambra.
Una vez superada su maciza puerta nos encontramos un pequeño zaguán, primero atravesando un arco semejante al de la entrada, con bóveda de arista de ladrillo.
En este arco interior podemos observar el lugar donde se encontraba el rastrillo que cerraba la puerta.
A partir de aquí atravesaremos los diferentes espacios que constituyen la estructura compleja de esta puerta y que abarca la planta inferior de la Torre de las Armas.
Accederemos una primera zona, cuadrada, con arcos de herradura apuntada.
Mas adelante, cambiando de dirección hacia el sur, nos encontramos una espectacular bóveda gallonada.
Estructurada sobre trompas y decorada el centro con una piedra labrada de mocárabes, semejante a la que podremos ver en el interior de la Puerta de la Rauda.
Al igual que la siguiente bóveda, se encuentra pintada a semejanza de ladrillos.
Además, también observaremos diversos arcos con sus pequeños bancos donde descansaban los vigilantes y la guardia de la puerta.
La siguiente estancia, alargada y rectangular, con un pequeño arco en su lateral, presenta bóveda esquifada.
Presenta una ligera pendiente que permite la fácil defensa de la entrada con poca cantidad de soldados.
Ésta da paso a otra estancia, también cuadrada, con bóveda sobre trompas, pero sin pinturas de ladrillos.
En ésta se encuentran sendas puertas, formadas por dos arcos sencillos de ladrillo, en los lados laterales de la misma.
Atravesando las puertas permitían salir de la Puerta de las Armas, dirección bien a los Palacios Nazaríes, a través de la calle del Foso, o bien hacia la Plaza de Armas tras bordear la Torre de la Vela.
Todavía más al norte existe la última estancia, cuadrada, con bóveda vaída de ladrillo.
Fue a partir del siglo XIV-XV cuando esta puerta dejó de prestar su función tras pasar a ser la Puerta principal de los recintos Palatinos la Puerta de la Justicia.
Se realizaron tanto la Puerta de los Carros como la Torre del Cubo; cerrándose la Puerta de la Tahona y cegándose el paso a través de la calle del Foso hacia los Palacios.