La Puerta del Arrabal se encuentra situada en la base de la Torre de los Picos.
Ha sido una de las Puertas más importantes de la Alhambra y el Generalife.
A través de ésta se permitía comunicar el Albaycín y el Sacromonte desde el recinto amurallado de la Alhambra, y controlar el paso a la Entrada hacia la Almunia del Generalife.
Al igual que otros espacios del Recinto Amurallado de la Alhambra no se permite el acceso al mismo en la visita ordinaria.
En este caso, es imposible llegar a verla y mucho menos atravesarla, conformándonos únicamente con ver su bóveda y la puerta de madera que la cierra.
Para poder visitarla tendremos que esperar a algunas de las actividades que el Patronato de la Alhambra y el Generalife realiza para conocer lugares de especial protección.
Se realizó en tiempos de Muhammad II aunque posteriormente Muhammad V realizó diferentes modificaciones.
Se convirtió en el principal acceso a los primeros Palacios del Partal y el camino que comunicaba fácilmente éstos con el Palacio del Generalife y sus Jardines y Huertas.
Se le denominaba Bab al-Faray o Puerta del Consuelo hasta finales del siglo XIII.
Hacia el interior no presenta ninguna decoración, aunque si podremos observar una gran bóveda de cañón situada bajo el acceso a la planta interior de la Torre de los Picos.
La Puerta tiene un arco de herradura apuntado realizado en piedra, sin ningún tipo de decoración exterior.
Presenta a ambos lados impostas de piedras de mármol, al igual que la clave, que aunque ya no existe.
Ocupando ésta se piensa que contendría la típica figura de la llave, al igual que otras Puertas del Recinto Monumental.
Situados en la Cuesta de los Chinos, en el exterior de recinto, para llegar a ella deberíamos atravesar la Puerta de Hierro.
Posteriormente, y en otros tiempos, otra puerta ya desaparecida, y una pequeña calle estrecha que rodea la base de la Torre de los Picos.
Una vez en ésta, la puerta de madera que la cierra, se encuentra reforzada con planchas de hierro y remachada para favorecer la resistencia al ataque enemigo.
Presenta dos hojas y ningún postigo en ellas, al contrario que otras Puertas de la Alhambra.
En caso contrario, si salimos desde el Partal – ver recorrido – la atravesaríamos y nos situaríamos en una calle foso entre la Torre de los Picos y el muro que limita la misma.
Desde éste se permitiría más fácilmente la defensa desde las ménsulas que en su tiempo tuvo la mencionada Torre.
Tras salir de éste accedemos a la explanada de las Caballerizas y donde encontramos, hacia el sureste, la Puerta de Hierro.
Al contrario que otras Puertas Defensivas, no presenta recodo en su interior.
Además, la pendiente que entonces tendría para favorecer su defensa desapareció, tras la reconquista, al construirse el Baluarte Defensivo de la Torre de los Picos.
En esta época se realizó:
– la calle foso que rodeaba la mencionada Torre.
– las Caballerizas.
– una Torre defensiva, junto a la Cuesta de los Chinos, que posteriormente se transformó en vivienda.
– y la Puerta de Hierro que permitía el control al recinto amurallado.
Una vez atravesada la Puerta, imaginando que estamos accediendo al Recinto Amurallado tras superar la Puerta del Arrabal y situados en el interior de éste, se accedía a la Calle del Foso.
Ésta recorría la muralla, bajo el adarve correspondiente, actualmente desaparecida, desde este punto hasta el Palacio de Comares.
Si podremos observarla hacia la izquierda, si estamos accediendo al recinto.
Actualmente alcanza la Puerta Nueva, tras pasar junto a las Torres del Cadí, de la Cautiva, de las Infantas y del Cabo de la Carrera.
A lo largo del Paseo de las Torres, camino hacia la zona alta de la Medina o al Generalife desde el Partal, contemplaremos distintos tramos de ésta.
Actualmente podemos contemplar aun así, las pequeña pendiente que hay que superar para alcanzar el interior del recinto (actualmente con escaleras), y el recodo que hay que realizar, ya en el interior del mismo, para acceder a los Jardines del Partal y a la base de la Torre de los Picos.