La Torre de la Cautiva éstá situada en el lienzo de muralla que recorre el noreste del Conjunto Monumental, sobresaliendo sobre la misma.
Se trata de una Torre-Palacio o Calahorra (qalahurra).
Aun alejada de los Palacios Nazaríes – ver recorrido – alberga en su interior una decoración semejante a otras estancias de éstos.
Ha recibido los nombres de Torre de la Ladrona y Torre de la Sultana.
Posteriormente pasó a tener el nombre por la que la conocemos, tras pensarse que en ella vivió Abu-I-Hasan Alí, la cristiana Doña Isabel de Solís.
Ésta se convirtió al Islam, tomando el nombre de Zorayda, pasando a ser una de las favoritas del rey Muley Hacén, aunque no hay constancias históricas sobre este echo.
Fue restaurada a finales del XIX tras servir como vivienda de varios alcaides del Conjunto Monumental y tras pasar por diferentes manos particulares.
Presenta dos plantas y terraza, aunque no se permite la entrada a su interior en la visita ordinaria del Conjunto Monumental.
Si podremos hacerlo a través del Programas y Actividades organizadas por el Patronato de la Alhambra.
Aunque únicamente visitaremos la primera planta de la misma, donde contemplaremos la extraordinaria decoración de la misma.
Se realizó durante el reinado de Yusuf I.
Presenta hacia el exterior y en cada una de las alcobas de la estancia principal, una ventana de doble arco dividida por una columna de mármol.
A través de ésta podremos ver el barranco que forma la Cuesta de los Chinos, las Torres cercanas del Cadí y de las Infantas, además de las Huertas, Jardines y del Palacio del Generalife.
Hasta ella, al igual que otras torres cercanas, llega el adarve de la muralla.
Pero a diferencia de otras, este no se adentra en las estancias interiores sino que pasa por un túnel por debajo del piso principal.
Facilitando que la guardia transite por el adarve sin necesidad de entrar en la misma, sin molestar a los habitantes de la misma.
La calle del Foso, tampoco se ve cortada al llegar a la torre, pasando por debajo de un puente o arco abovedado sobre el que nos situaremos en nuestro recorrido por el Partal, en el Paseo de las Torres.
Como hemos dicho antes no se permite el acceso a su interior a no ser que nos anotemos a algunas actividades del Patronato de la Alhambra y el Generalife o bien que se incluya su visita en el programa de “Espacio del Mes”.
Pero si podremos alcanzar la pequeña plazoleta al sur de la misma, donde se encuentra el puente que cruza la calle del Foso y que nos sitúa en la puerta de acceso a la misma.
Su vertiente norte, y ya fuera del Conjunto Monumental, la podremos contemplar al recorrer la Cuesta de los Chinos y situarnos en la base de la misma.
Además de poderlas observar en nuestros recorridos por el Generalife también lo podremos hacer al recorrer el Parque Periurbano Dehesa del Generalife y la Silla del Moro.
Se accede a su interior por la vertiente sur de la Torre, tras cruzar un Puente de bóveda de cañón, reorganizada en la pequeña placeta que existe en su entrada.
Fue reconstruido a principios del siglo XX permitiendo salvar la calle del Foso que desde la Torre del Cabo de la Carrera recorre el lienzo de muralla y las distintas torres de la zona hasta alcanzar la Torre de los Picos.
Tras atravesar la puerta de acceso en recodo, con bóvedas de aristas, y donde se encuentra la puerta para acceder a la planta superior y a la terraza, nos encontraremos un pequeño patio.
Éste presenta unos arcos sobre pilares cuadrados por donde entra la luz a través de una bocana que alcanza la terraza de la torre.
En esta zona encontraremos diversas yeserías en buen estado de conservación que cubren prácticamente gran parte de la misma, principalmente las zonas altas de las columnas y de los arcos que las unen.
En la zona bajas de las paredes comprobaremos la ausencia de parte de los zócalos que la cubrían.
Tras acceder a la estancia principal, y después de contemplar las tacas situadas antes de acceder a ella, comprobaremos las alcobas que hay a cada uno de sus lados.
En cada una de ellas destacan unos valiosos alicatados, con diferentes colores y con distintos grados de conservación y, en algunos casos, con epigrafías de un poema del visir Ibn al-Yayyab.
Además en todas ellas sobresalen las ventanas de doble arco apoyadas pequeñas columnas de mármol.
Las espectaculares yeserías que podremos contemplar en la sala principal recubren la totalidad de la estancia y donde observaremos aun, originalmente policromados, distintos colores que cubren diversas zonas de las mismas.
Tanto en cenefas, frisos o grecas podremos leer versos y textos, contemplar decoraciones florales y lacerías y figuras geométricas, e incluso pequeños zonas de Mocárabe, que hacen de esta pequeña Torre uno de los lugares más significativos del Conjunto Monumental semejante a otros grandes Palacios del mismo.
El techo de madera que cubre la sala principal y el suelo de la misma corresponden a la restauración realizada en la Torre a principios del siglo XX.