La Torre de la Pólvora se la conoce también con el nombre de Torre de Cristóbal del Salto o Torre de la Guardia.
Aunque toma su nombre actual por haber sido el lugar elegido para guardar la pólvora usada para los diferentes instrumentos artilleros que se situaron en sus alrededores.
Su principal función fue defensiva y de vigilancia sobre el actual Bosque de la Alhambra.
Mientras que en tiempos árabes, cuando no existía la masa arbórea actual, controlaba el lienzo de Muralla que llegaba hasta la actual Cuesta de Gomérez.
En ésta se encontraba la Puerta del Foso -“Bab al-Jandaq”-, próxima a la actual Puerta de las Granadas, antes de ascender hasta Torre Bermejas.
En su base y oculta entre el Bosque de la Sabika se encuentra la primera puerta para acceder, en la época zirí, al recinto amurallado, la Primitiva Entrada de la Alcazaba.
Dicha puerta fue, hasta la construcción de la Puerta de las Armas, la principal entrada desde la ciudad de Granada hacia la Alcazaba y el Conjunto Monumental.
Tanto en la época almohade como en la nazarí se realizaron distintas modificaciones adaptando la torre a la nueva entrada a la Alcazaba.
Posteriormente se realizó la mayor transformación de la zona tras la conquista de los Reyes Católicos.
Presenta forma cuadrada en saliente sobre la muralla que rodea la Alcazaba.
Posee una planta interior y terraza.
Tras la conquista por los Reyes Católicos se le realizaron diferentes modificaciones que cambiaron su forma tradicional.
De esta manera la convirtieron en un punto estratégico para la vigilancia de la ciudad, reforzando la estructura desde su base y dotándola de diversos cañones de artillería.
No se permite el acceso a su interior en la visita ordinaria de la Alcazaba, ver recorrido.
Aunque pasaremos junto a su puerta norte al acceder hacia la Torre de la Vela.
Por otro lado, al adentrarnos en el Jardín de los Adarves, podremos dirigirnos hacia la derecha para alcanzar la vertiente sur de la torre.
En ella se encontraba otra puerta por la que se accedía, a través de ella, hacia la Torre de Vela, actualmente cerrada.
A lo largo de los años, se colocaron diversas placas con los versos elogiando la ciudad de Granada por Francisco de Asís de Icaza:
Dale limosna, mujer,
que no hay en la vida nada
como la pena de ser
ciego en Granada.
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La mejor visión de ella, en su totalidad, al igual que ocurre con las principales pequeñas Torres de la Alcazaba, la encontraremos desde la terraza de la Torre de la Vela.