FLORA DE ANDALUCÍA
Es sin duda la más llamativa de las diferentes especies del género oprhys por sus colores amarillentos de los extremos de su labelo y por su anchos sépalos, generalmente rosados o morados. La encontraremos distribuida en todas las provincias de Andalucía, y aunque no tiene regulación en medidas de protección, por la gran cantidad de individuos de la misma, aquellas que se encuentren dentro de los distintos Espacios Naturales Protegidos de estarán sujetas a los sistemas de conservación y protección que contemplan a cada uno de ellos.
La podremos encontrar en pastizales, claros de matorrales y bosques de encinares y pinares principalmente. Es fácil de localizarla desde las sierras cercanas al nivel del mar hasta los 1500 metros de altitud.
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Es quizás, de todas las del genero ophrys, la que más tarde florece, entre los meses de mayo y junio.
De semejante características a otras especies del mismo género, tiene 2 tubérculos, y aunque nosotros nunca la hemos visto tan altas pueden alcanzar 50 centímetros de altura. Tallo erecto ligeramente torcido; hojas en roseta basales ovado-lanceoladas, mientras que las caulinares son envolventes. Inflorescencia laxa con un número de flores variable de 3 a 8.
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Bráctea lanceolada, verde o rosa, más larga que el ovario. Los sépalos, que varían desde verde-blanquecino a rosados, son ovados y cóncavos, con un pequeño nervio central verde. Sus pétalos triangulares más pequeños y de color más intenso que los sépalos. Labelo, convexo y muy piloso, la zona central roja parada con una franja amarillenta. Espéculo marrón en el centro, con el extremo inferior blanco-amarillento y en el extremo superior blanco. El Campo basal con tono rojo-pardo, con sendas protuberancias oscuras y brillantes en los extremos. Apículo amarillento dirigido hacia arriba.
Se la conoce además de como Abejera Rosa por los nombres de Abejerro, Orquídea Avispa o Flor de Avispa, entre otros.
Presenta un fuerte olor, a veces, desagradable que llama la atención de abejas solitarias, favoreciendo la polinización de las flores, permitiendo la fructificación de la gran mayoría de las mismas.