FLORA DE ANDALUCÍA
Es quizás la más bella de todas las especies de ophrys y la que más fácil es de distinguir por su llamativo espéculo azulado violáceo y la pelosidad marrón que rodea su labelo.
La encontramos prácticamente en todas las provincias Andaluzas, creciendo a plena luz, en lugares secos e incluso pedregosos; en prados; claros de bosques de encinares y pinares; y en matorrales abiertos, en todo tipo de suelos, frecuentemente en los calizos, margo-calizos y arenosos. La localizaremos desde los 200 metros sobre el nivel del mar hasta los 1200 metros. Además de Espejo de Venus también toma los nombres de Abejera de Espejo y Flor de Espejo, entre otras.
Al igual que otras especies de este género presenta dos tubérculos subterráneos. Tallos erectos ligeramente torcidos, sin pelos, pudiendo alcanzar hasta 30 centímetros de alto. Presenta de 3 a 5 hojas basales, ovales y lanceoladas. En algunos casos con pequeñas hojas caulinares mientras que las inflorescencias son laxas, con pocas flores y brácteas de igual longitud o ligeramente más largas que los ovarios.
Las flores presentan sépalos ovales-oblongos verdosos-amarillentos, con tonalidades pardas siendo el central y superior curvado; pétalos marrones oscuros ligeramente lanceolados y vellosos. El Labelo puede alcanzar los 2 centímetros de largo, horizontal ligeramente ovado, con mácula azulada metálica y brillante acabando en una pequeña franja amarilla, toda ella flanqueada por pequeños pelos largos, pardos tirando a rojizos. Presenta lóbulos laterales triangulares, amarillentos y lanceoladas, con pequeñas franjas pardas, y rodeados de los mismos pelos del lóbulo central del labelo. Cada cápsula puede llegar a contener cerca de 7000 semillas.
Una de las características de esta especie es su parecido a la hembra de la Dasyscolia ciliata que unido a los aromas que desprende, similares a las feromonas femeninas de éstas, logran que los machos de este insecto se posen en su labelo pensando que se encuentran sobre una hembra receptiva de su especie. Así consigue la planta que el insecto roce el lugar donde se encuentran las polinias, que se adhieren a su cuerpo y son trasladado hasta otras flores.
Florece desde finales de enero, dependiendo de la zona, hasta finales de mayo y no tiene medidas concretas de conservación al ser muy abundante en nuestra comunidad, aunque se encuentran reguladas por las medidas de protección propias de los Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, donde se encuentre, si es el caso.