Según las leyendas se produjeron gran cantidad de naufragios tras confundir los barcos “el promontorio de toba” con las velas de un velero, lo que originaba que se adentraran hacia la costa quedando varados o chocando contra los numerosos arrecifes de sus alrededores, además en la zona es donde se dice que un sultán, antes de que los cristianos le quitaran sus tesoros, los escondió en algunas de las muchas cuevas que hay en sus cercanías, y que aun no se ha encontrado.
Destaca a la vista cuando nos acercamos al Cerro homónimo y en especial cuando transitamos entre Cala Arena y Cala Rajá.
Sobresale en las tonalidades oscuras del Cerro una mancha blanca, semejante a la Velas de los Barcos, formada por rocas volcánicas al igual que el cerro donde se encuentra ubicada (andesitas y dacitas) salvo que se encuentra formada por tobas blancas alteradas, los más antiguos de la zona, que le dan ese aspecto.
Son numerosos los lugares, en las cercanías de Cala Rajá, donde aparece este tipo de material. No se puede acceder andando.
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