Tanto el Baluarte de la Torre de los Siete Suelos como la Puerta homónima se encuentran cerrados y no se pueden recorrer durante la visita ordinaria del Conjunto Monumental.
Pero a través de distintas actividades programadas por el Patronato de La Alhambra y el Generalife, previa inscripción anticipada, o bien si la incluyen en el programa de “Espacio del Mes”, podremos acceder por las Puertas que atraviesan la Torre de los Siete Suelos.
Una vez en la terraza del Baluarte encontraremos las entradas a las dos plantas subterráneas que podremos visitar del mismo.
El Programa Espacio del Mes permite la visita de ciertos espacios normalmente cerrados para preservar su conservación ya que no admiten un elevado número de visitantes.
El Baluarte presenta una longitud superior a 20 metros y una anchura de 18, elevándose sobre el suelo 15 metros.
Aunque por el nombre que se la conoce, deberíamos de conocer la existencia de siete plantas subterráneas sólo se sabe de la existencia de cuatro de ellas.
De ellas únicamente se permite acceder a las dos superiores, siempre y cuando se incluyan en algunas de las actividades programadas por el Patronato.
A la primera planta accederemos a través de unas cómodas escaleras que nos permiten realizar un recorrido circular en la linde del baluarte.
En ésta encontraremos diferentes troneras que defendían las murallas a ambos lados del mismo, con sus aspilleras, con distinto grado de conservación.
Encima y en la bóveda que la cubre, sobresalen las rendijas de ventilación, cuya principal función además de airear la planta era la de permitir la salida de los humos provocados por la explosión de los cañones.
Para acceder a la segunda planta deberemos de descender por una empinada y estrecha escalera para realizar otro corto recorrido semicircular.
Tanto la Puerta como el Baluarte de la Torre de los Siete Suelos son protagonistas de distintas leyendas, de las que nos ocuparemos en su apartado correspondiente.
La Puerta, la Torre y el Baluarte, forman el conjunto de la Torre-Puerta de los Siete Suelos, siendo la Puerta la más antigua de todos, de mediados del siglo XIV.
A ésta se le agregó posteriormente la Torre para favorecer su defensa, mientras que tras la reconquista se construyó el Baluarte defensivo.
Más adelante, todo el conjunto, sufrió grandes daños tras las voladuras de las tropas francesas, principalmente la Torre y la Puerta, antes de abandonar el Recinto permaneciendo en estado ruinoso durante muchos años.
Las últimas restauraciones y diferentes trabajos en la zona, durante este siglo, han permitido reintegrar todo el Conjunto en el Recinto Monumental.