Tras superar un arco, con capiteles de piedra, nos adentramos en una estancia rectangular, en recodo y pendiente, para facilitar su defensa.
Presenta un arco con su correspondiente banco, para que se sentaran los guardias de la Puerta.
Está cubierta por una bóveda esquifada con la clave plana.
Tras la última reconstrucción, se ha pintado todo su interior de blanco.
En la parte más alta, varios arcos más con sus correspondientes bancos nos situarán en la zona más elevada del interior de la Puerta.
Tras sortear otro arco nos encontramos con un zaguán antes de situarnos en el arco de la puerta interior, que quedo prácticamente indemne a las voladuras francesas.
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Superando la Puerta exterior y un recodo en el interior de la Puerta, también en pendiente, llegaremos a la puerta interior, accediendo al recinto amurallado, por la Medina – ver recorrido -.
Una vez superado el arco entramos a un pequeño zaguán, lo suficientemente ancho para abrir las dos hojas de la puerta de madera que lo cierra.
Ésta es moderna y se realizó a semejanza de la antigua puerta, que al igual que el conjunto quedo parcialmente destrozado.
Presenta parecidas características a la de la Puerta de la Justicia, remachada con puntillas de hierro.