Se encuentra situada en el extremo suroriental del término municipal de El Ejido, en Punta Entinas – Sabinar, a escasos metros del límite municipal con Roquetas de Mar,
Está situada dentro del Paraje Natural Punta Entinas – Sabinar, muy cerca del límite con la Reserva Natural homónima.
La Torre de Cerrillos se encontraba estratégicamente situada en un enclave privilegiado, asentada sobre una lengua de tierra desierta de edificaciones.
Este terreno, que separa el vasto mar de los diversos estanques, charcones y láminas de agua pertenecientes a las Salinas de Cerrillos, ofrecía un panorama imponente y funcional para la vigilancia costera.
Está catalogada como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento – BOE número 155 de 29 de junio de 1985 -.
Se la conoce también con los siguientes nombres:
Existe una gran controversia sobre al Término Municipal a que pertenece, si a Roquetas de Mar o a El Ejido, al estar en el límite de los mismos.
Aunque nosotros lo incluimos en El Ejido, la propiedad del inmueble está dividida equitativamente, con un 50% perteneciente a El Ejido y el otro 50% a Roquetas de Mar.
Esta dualidad en la titularidad hace que la cooperación entre ambos municipios sea esencial para asegurar la correcta preservación y valorización de este bien histórico.
No es casualidad que, en los últimos meses, los alcaldes de ambas localidades hayan decidido formalizar su compromiso mediante la firma de un convenio.
Este acuerdo establece las bases para la protección, restauración, conservación y puesta en valor del inmueble en cuestión, y sobre todo, una colaboración fundamental para la defensa del patrimonio histórico.
La iniciativa refleja la importancia que ambos municipios otorgan a la preservación de su patrimonio compartido, asegurando que las futuras generaciones puedan disfrutar y aprender de este legado cultural.
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Los antecedentes históricos más lejanos de esta torre nos llevan al siglo XIV, época en la que Yusuf I, el entonces sultán del Reino Nazarí de Granada, ordenó la fortificación de las costas.
Este esfuerzo defensivo se realizó con el propósito de proteger el reino de las incursiones y ataques de piratas, que representaban una amenaza constante para la seguridad de la región.
La torre que hoy se conoce era una torre almenara datada a finales del siglo XVI.
Sin embargo, la estructura original experimentó numerosas vicisitudes.
Fue durante el reinado de los Reyes Católicos cuando se hizo evidente la necesidad de reconstruirla, debido al deterioro significativo que había sufrido con el paso del tiempo.
Posteriormente, bajo el reinado de Felipe II, se decidió erigir una nueva torre en el mismo emplazamiento de la anterior, consolidando así la defensa de la costa en una época de renovada preocupación por la seguridad marítima.
Durante el reinado de Carlos III, la torre nuevamente requirió importantes reparaciones, esta vez para dotarla de artillería en su terraza superior, fortaleciendo aún más su capacidad defensiva.
A pesar de estos esfuerzos de conservación y mejora, la torre fue cayendo progresivamente en desuso, especialmente a medida que avanzaba el siglo XIX.
A lo largo de este período, se realizaron algunas reformas menores durante el reinado de Isabel II, pero, lamentablemente, estas no fueron suficientes para evitar que la estructura llegara al siglo XX en un estado de abandono progresivo, reflejo del fin de su utilidad militar.
La torre, de planta circular, destaca por su base maciza, lo que le proporciona una sólida estructura desde sus cimientos.
Al igual que otras torres-vigías costeras de la época, su acceso original se realizaba directamente a la parte superior desde el exterior, una característica común en estas construcciones defensivas.
Sin embargo, de la entrada solo quedan algunos restos dispersos al pie de la torre, ya que el tiempo y las inclemencias han erosionado la estructura.
Se cree que los datos que tuvo fueron:
Perímetro inferior: 30,5 metros
Perímetro superior: 21 metros
Altura: 15 metros
A pesar de estos daños, la torre aún conserva gran parte de su imponente presencia, aunque ha perdido considerablemente la parte superior, que en su momento habría sido una pieza clave en su función de vigilancia.
La estructura actual sigue siendo un testimonio importante de la arquitectura defensiva costera, a pesar del deterioro que ha sufrido con el paso de los siglos.
Su principal acceso andando se realiza desde el occidente de Roquetas de Mar tras tomar; o bien el Sendero de las Salinas o al finalizar el Paseo Marítimo continuar por una pista hasta llegar a sus inmediaciones.
Por su proximidad a la Playa de Cerrillos desde Roquetas de Mar, usaremos las indicaciones para llegar a la misma y posteriormente visitar la Torre de Cerrillos.
En el caso de que nos encontréis en Almerimar – El Ejido – podréis seguir las indicaciones de como llegar a la Playa de Cerrillos desde esta pedanía.
Durante el trayecto, se pueden observar dunas fósiles, pequeñas lagunas que corresponden a las antiguas Salinas Viejas, y el Paraje Natural Punta Entinas-Sabinar.
Una vez visitada la Torre tendremos dos opciones: visitar las Salinas en el Canal de las Almejas y el Charcón del Flamenco, o regresar a Roquetas bordeando las Salinas de Cerrillos.
Este recorrido es una excelente opción para disfrutar del entorno natural y la tranquilidad de la zona, complementando la estancia en la Playa de Cerrillos, la visita de la Torre de Cerrillos y recorres las Salinas de Entinas.