FLORA DE ANDALUCÍA
Planta perenne que se encuentra distribuida prácticamente en toda la Península y que podremos observar en las 8 provincias Andaluzas.
Puede alcanzar una altura aproximada a los 2 metros siendo apenas 30 centímetros lo que puede medir en su base, junto al suelo. Desde ésta se alzan sus ramificaciones, presentando tallos muy pelosos, siendo más denso y largo en su base.
Presenta hojas en su base formando una roseta, las interiores estrechas y elípticas y las altas lanceoladas y asimétricas. Todas ellas presentan un pequeño peciolo, más corto que el limbo, con forma de lengua.
Las inflorescencias con cimas pelosas con pequeñas brácteas. Pedúnculos morados y flores azules intenso, con cinco pétalos. Presenta un tubo estrecho y largo, tan largo o un poco más pequeño que el cáliz, lo que permite diferenciarlo de otras especies de Anchusa. Los sépalos se encuentran pegados a la base del cáliz. El fruto es más largo que ancho, blanquecino grisáceo, con tres aquenios.
Florece principalmente de marzo a agosto dependiendo tanto de la altitud como de la latitud donde se encuentre la planta.
La podremos encontrar en suelos drenados, con poca humedad, en zonas de labor abandonadas y en los bordes de caminos y veredas. Desde las proximidades de la línea del mar hasta alturas que rondan los 2.000 metros.
Soporta muy bien los cambios de temperatura y normalmente se da en suelos muy secos en zonas cálidas y en zonas de luz.
De la gran cantidad de nombres por la que se la conoce el de Lengua de Buey viene por la forma y sensación de aspereza de sus hojas basales. El nombre de “Anchusa” proviene del latín al ser utilizada antiguamente como cosmético y “azurea” por el color azul de sus flores.
De las flores y el tallo se usaba como antiinflamatorio, diurético y sudorífico, generalmente en infusión. Como uso tópico para tratamientos de dermatitis y hematomas aplicada directamente sobre la zona afectada como cataplasma, mientras que la raíz se usaba como colorete.